JUEGOS DE VICIOS Y VIRTUDES - REFLEXIÓN SOBRE VICIOS Y VIRTUDES EN NIÑOS

En una casa se encontraban dos niños jugando. Uno era muy energético y positivo, pero era algo torpe y frágil; el otro era tranquilo y un poco pesimista, pero era más inteligente  y fuerte que su hermano.

Un día, por la mañana, aquellos niños regresaban de la escuela. En el camino se encontraron con un problema: habían unos perros, que eran muy agresivos, aunque los niños no temían, recordaban lo que sus padres les habían dicho: ‘’cuando haya un problema, y estén juntos, no habrá ninguno que no puedan superar’’. Por lo que decidieron enfrentarlo.

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El niño fuerte decidió cargar con ambas mochilas para que su hermano, el más energético, pudiera tener más velocidad en caso de que tuviera que correr para pedir ayuda; además de que el hermano más fuerte podía lanzar dichas mochilas hacia los perros, si es que éstos se lanzarán, y pese a lo pesimista que fuera el confiaba más en sus inmutables nervios, pero si no bastase el otro hermano, le convenció que no pasaría nada, que los perros no los perseguirían y que ambos estarían bien. Entonces prosiguieron con su plan.

Los niños entonces, siguieron avanzando en su camino con la esperanza de que los perros no se atrevieran a ladrarles. Uno de los hermanos, el pesimista, comenzó a dudar y a decir que mejor será esperar a que los perros se vayan o que dieran la vuelta a la manzana, el único inconveniente de esa idea, es que del otro lado de la calle también había perros, y esos era más grandes. Pero antes de que el miedo lo dominara, se escucharon las siguientes palabras: ‘’Recuerda lo que dijeron nuestro padres: ‘’sólo podremos superar cualquier problema si estamos juntos’’. Te necesito. Quiero que estés tranquilo. Quiero que pienses en nuestro plan’’. Entonces ambos hermanos siguieron avanzando.

Después de avanzar lo necesario, enfrentaron aquel obstáculo: los perros. Una vez en frente de aquellos animales, avanzaron más firmes y despreocupados. Los perros no se perturbaron, como si entendieran que aquellos niños no sentían miedo y no querían hacerle daño a uno de ellos. Pasaron el reto, los niños cruzaron y sin heridas aquel reto del camino.

Semanas después, aquellos hermanos se hicieron amigos de los perros, y cada que pasaban los acariciaban y les daban un pedazo de comida como muestra de amistad.

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