CUENTO SOBRE MATERNIDAD / RELOJ SIN MANECILLAS

Evelyn era una mujer en búsqueda de ser mamá. Su meta personal sólo era esa, no había más en ese momento de su vida. Pero como todo en la vida puede dificultarse, Evelyn tenía un inconveniente: ‘’no podía ser mamá’’.

RELOJ SIN MANECILLLAS
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Desde que Evelyn tenía 20 años deseaba ser madre, cuando cumplió los 30 años de vida, recibió la noticia de su doctor, la cual no alentaba, ni motivaba a aquella mujer. Sin embargo, ella no se dio por vencida, no aceptaba aquella realidad por lo que decidió intentarlo cinco años más.

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Una vez llegado el límite de los cinco años, Evelyn ahora empezaba a tener una actitud derrotista, deprimente y desmotivada, esto debido a que veía a sus amigos y familiares convertirse en padres, sobretodo en madres. Ella buscaba un sentido a su situación biológica, tanto que médicos, psicólogos, grupos de relajación y auto ayuda habían tenido participación en su resolución. Pero nada tuvo resultado hasta aquel momento de claridad.

Cuando Evelyn estaba de visita con su madre, ésta última notó que su hija se hallaba cabizbaja, claro que conocía la razón de su perecer, pero si algo debe saber un hijo, es no subestimar el amor que una madre tiene para con sus hijos. La mamá de Evelyn fue por una caja de madera, la cual estaba perfectamente lijada y embarnizada, esculpida con algunos detalles como flores y enramado, sin ser indiferente a los nítidos colores que ésta tenía impregnada. Sentándose a lado de su hija, tomándola de su mano y mirando a su hija, dijo:

- Hija, veo que no has aprendido nada sobre tu madre. – Evelyn levanto la cara extrañada – Veras, hija, yo también pase lo mismo que tú. – abriendo aquella caja y sacando un álbum fotográfico, busco una página especial, siguió hablando: - Al igual que tú, no podía tener un hijo, y casi me resignaba. Me hubiera rendido, pero ante a mis 40 años mostraba una voluntad intensa frente aquella situación, esta foto me dio la oportunidad de estar aquí contigo, platicando. – Evelyn pudo ver la foto de aquella página especial, se mojaron con lágrimas sus mejillas, su mamá la abrazo fervientemente, continuó diciendo: - Nuestra familia, mi familia, tu abuela tuvo hijos e hijas desde sus 20 años; éstos no tuvieron hijos por decisión, y otros han tenido hijos con edades diversas, desde 30 años o 25 años, y yo a los 40 años.

Limpiándole las lágrimas, tomándose de las manos madre e hija, su madre la vio a los ojos para pronunciar las siguientes palabras reconfortantes: - No hay un reloj o una fecha fija. La ciencia impone una para cuidar tu vida, pero sólo tú decides cuando rendirte. Esto no lo deciden ellos. Por supuesto que hay riesgos, pero para esos uno debería prepararse, informarse y esforzarse para lograr aquello que se quiere. – Evelyn quedo contagiada de una paz y esperanza tal, que su actitud negativa, pero razonable, comenzó a desvanecerse, comenzando por su mirada.

Quedándose calladas unos segundo, Evelyn decidió cuestionar algo solamente: - Y en caso de que no logre embarazarme, mamá. – pregunto con la esperanza de incubar en su espíritu fuerza y valor.

- No hablo sobre embarazarte. – contesto su madre con aplomo y con ternura, prosiguiendo: - Hablo de vivir la vida, tu vida, no sólo una ilusión. No digo que no puedas embarazarte, lo que digo es que te embaraces o no, vive tu vida sin una hora o fecha especial, ya que eso es una mera ilusión. – terminando de responder aquella pregunta, beso en la frente a su hija, y esta abrazo a su madre como si por fin comprendiera que su meta se renovaba y su vida se reavivaba.

Eso ha sido todo por hoy, querido lector. Si te has disfrutado de este cuento, apoya mi trabajo compartiendo y comentando que te ha gustado. Te agradezco y que tengas un excelente día.

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