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 DISCIPLINA

Sueños, aspiraciones, metas, objetivos; en otras palabras la misma autorrealización de la persona. Pero, cómo lograr aquellas, qué se debe hacer para no caer en la frustración de consumar cada una o, por lo menos, la mayoría de nuestros propósitos o necesidades. La disciplina. Sí, esa actitud tan enigmática, y a la vez sencilla, la cual nos ayuda en gran parte a no claudicar, a ser constantes y tenaces.

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En este artículo sólo trataremos de manera breve sobre lo qué es la disciplina sin  abarcar un estudio técnico o científico, ya que la verdadera esencia del escrito es motivar, no aclarar o capacitar. Dicho lo anterior, comencemos.

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Cuando comenzamos una meta o queremos lograr algo en específico que requiera más tiempo de lo normal (escribir un libro, bajar de peso, licenciándose en una carrera o ciencia, uno debe considerar que no sólo se trata de trabajar y esforzarse, ya que de ser así, bastaría un día más, unas horas, para lograrlo. Es aquí donde la disciplina entra en el juego, pues es la virtud del hábito y/o actitud conjunta con habilidades personales como la constancia, paciencia y trabajo.

¿Así que en esto se resume la disciplina? No, la disciplina es más que sólo una habilidad o hábito conjugado de habilidades personales. La disciplina es la fuerza móvil de tu transporte, mientras más la ejercites ésta será productiva aun más.

Por lo tanto, al enfrentarte contra tus deseos u objetivos, recuerda ser fuerte, disciplinado, esforzarte, y pese a que llegue el fracaso, no rendirte ante los obstáculos (ejercicios de disciplina) para la revancha, y ganar no sólo la batalla, triunfar en la guerra. A vivir, a triunfar.

Eso ha sido todo por hoy, querido lector. Si te has disfrutado de este cuento, apoya mi trabajo compartiendo y comentando que te ha gustado. Te agradezco y que tengas un excelente día.